Hay dias en los que no te apetece levantarte. Este era uno de ellos. La noche no ha sido plácida precisamente. El concierto de ronquidos de varios de los 21 peregrinos que me acompañaban me han hecho pasar una mala noche y solo unos tímidos rayos de sol me animan a ponerme en pie.
Por fin preparado y desayunado me monto en la bici y sin dar tiempo a desperezame me encuentro el primer escollo…
… 120 escalones por los que empujar la bicicleta. Desde luego un buen calentamiento.
Pero llegados arriba el esfuerzo, de nuevo, tiene su recompensa:
Hay q rodear la colina que acompaña a la playa de La Arena. Se realiza por un sendero de unos 4 kms de panorámicas alucinantes. De lo mas bonito que he visto nunca.
Despues carretera, carretera y mas carretera nacional, eso si bordeando la costa, y con unas preciosas vistas.
Asi transcurre el di hasta llegar a Laredo en donde cojo un pequeño barco para cruzar la ria y entrar en Santoña, en donde hago una larga parada para reponer fuerzas descansar antes del ultimo esfuerzo para intentar llegar a Güemes.
Ya cansado y deseando llegar al albergue me enfrento a las ultimas rampas del dia. Y por fin llego.
La cabaña del abuelo Peuto. Un lugar mágico con un ambiente especial. Y con el padre Ernesto a la cabeza, un hombre con mucho que contar. Inolvidable sin duda.
Mañana mas.